


En cada viaje, cada vez que paseas o miras con ojos nuevos, surge la oportunidad de conocer espacios que debieran retenerse en nuestra memoria. Lugares, personas y sentimientos se funden.
Las fotos cubren una buena parte, nos ayudan a situar el contexto, a fijar el exterior; pero lo verdaderos paisajes que todos recorremos, y a los que siempre deseamos regresar, son interiores.
Las imagenes nos re_cuerdan, nos hacen volver, evocan el aspecto mas fisico; dan paso a las sensaciones que el tiempo empaño y que nuevamente volvemos a re_vivir. De cada viaje un recuerdo, de algunos algo mas.
La cara de una niña dibujando sobre un improvisado cuaderno, la mirada de alguien a quien quieres descubrir, o simplemente las hormigas que te hacen imposible la noche, acaban conformando retales de lo que sera una cotidianidad. Sera dificil de olvidar durante mucho tiempo.
Ese viaje interior, sin informacion superflua, permite desacelerar y comprender, te otorga tu propio tiempo. Un tiempo que modifica, sobre todo, la percepción del tiempo. Fueron minutos? acaso horas? Da igual. Adelante y atras, arriba y abajo, mas cerca.
Los detalles de esa sonrisa, del garabato inacabado, de la comisura de su boca, de la charla, de la luz sobre el cabello, del parque en la distancia; estan sellados en ese tiempo propio e interior.
Si te parece, de las croquetas, de su conservacion, y de mas viajes, hablamos en otra ocasion.
papa y de los berberechos? no hay? y ellas estaban asi metiditas en el frigo
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